Los Golden State Warriors han resultado imparables de nuevo logrando colocar el 2-0 en la serie final de la NBA con otra victoria contundente sobre los Cleveland Cavaliers (132-113) que les allana el camino hacia el título. La pasada campaña ya se encontraron en esta misma situación pero la eficacia con que se están comportando ahora (marchan don 14-0 invictos en playoff) y el factor diferencial que representa Kevin Durant hace difícil pensar que el anillo esta vez se les vaya a escapar.

Kevin Durant se fue esta vez a los 33 puntos y Stephen Curry alcanzó 32 con triple-doble para liderar los californianos que recuperaron al técnico Steve Kerr tras 11 partidos de ausencia por problemas de salud. Kerr, que confía en poder seguir en el banquillo el resto de la serie, dirigió a un equipo con hambre anotadora y un arsenal ofensivo incomparable, dominador durante casi los 48 minutos.

El guión del partido se movió entre los intentos de escapada definitiva de los californianos y las intentos de los Cavs por entrar en el partido. LeBron James acabó con un triple-doble de 29 puntos, 11 rebotes y 14 asistencias pero careció de un escudero consistente más allá de Love en la primera mitad. Irving estuvo muy errático (8 de 23 en tiros de campo) y los suplentes no estuvieron demasiado mejor que en el primer encuentro. Fue la primera vez en la historia de las finales de dos jugadores de equipos opuestos acaban con triple-doble.

Cleveland basó su plan en lograr anotaciones rápidas para evitar que la defensa rival se constituyera pero eso llevó al agotamiento de sus estrellas y facilitó que Golden State, más dotado de anotadores en diversos rangos, diera respuesta siempre de forma rápida y eficaz.

Kevin Love, con 9 puntos en los primeros 5 minutos, fue el hombre que encendió la mecha en el partido dando las primeras ventajas a los Cavaliers pero los Warriors no tardaron en responder, en cuanto Kevin Durant empezó a entrar en juego, algo que costó. Un triple suyo seguido de un mate y una jugada de dos más uno dio a Golden State cierto colchón antes de cerrar el primer cuarto con 40-34.

El ritmo rápido en ambos ataques parecía que beneficiaba a Golden State y la demostración llegó en el arranque del segundo cuarto. Triples de West y Thompson dieron otro impulso a los californianos para lograr rentas de 12 puntos (47-35) en un momento en el que partido parecía que podía romperse.

A diferencia del primer partido, sin embargo, la rotación de Cleveland sí que funcionó inicialmente y jugadores como Frye o Jefferson empezaron aportando en su entrada en cancha. Pero lo que marcó la diferencia y causó quebraderos de cabeza en Golden State fueron las penetraciones de LeBron, en transición o juego más estático, elevando la moral de los suyos y apretando el marcador hasta el 59-58 sin que los Cavs lograran adelantarse.

En el tercer cuarto James tardó algo más en encontrar el balón en sus manos pero lo hizo mediado el período para sostener a los suyos ante los intenptos de escapada locales. Curry, que había fallado 5 de los 6 triples intentados en la primera mitad, parecía entrar en ritmo de partido convirtiendo otro triple y una magnífica bandeja ante James que situaba las rentas de los suyos alrededor de la docena. Un triple lejano de Curry en las postrimerías del cuarto, con LeBron agotado y buscando un respiro en el banco, situaba los 16 puntos de diferencia (102-86) y colocaban a los Cavaliers en una situación muy delicada para el último cuarto.

Con toda su artillería de nuevo disponible Cleveland volvió a la carga intensificando su defensa en el período final pero la determinación de los Warriors resultó incontenible. Mietras Irving o Love lograban anotar ocasionalmente, Golden State iba de tres en tres con Durant enrachado y Curry aportando triples que pesaron como una losa en el rival. Las diferencias alcanzaron ya los 20 puntos a cuatro minutos del final (121-101) haciendo ya imposible otra cosa que no fuera el 2-0.

Con la sentencia escrita, a los Cavs les quedó recuperar fuerzas y moral para afrontar el cambio de la serie a su cancha. La próxima cita, la madrugada del jueves al viernes a partir de las 3:00 hora peninsular.

Vía Mundo Deportivo