La antorcha olímpica arribó hoy a Brasil, donde iniciará un recorrido por más de 300 ciudades hasta llegar el 5 de agosto al estadio Maracaná, escenario de la ceremonia de apertura de los Juegos de Río de Janeiro.

La simbólica llama aterrizó en primer término en Brasilia. Fue bajada de la aeronave que la trajo de Suiza por el presidente del Comité Organizador de Río 2016, Carlos Arthur Nuzman, y será conducida al Palacio del Planalto, donde la presidenta Dilma Rousseff encabezará la ceremonia de recepción.

Nuzman, quien también preside el Comité Olímpico Brasileño (COB), dijo que abriga esperanzas de que la llegada de la llama olímpica a Brasil haga aumentar el interés de la población hacia los Juegos y tenga el poder de unir más al país sudamericano, sumido en una profunda crisis política que mantiene en jaque el mandato de Rousseff.

De hecho, existen grandes posibilidades de que la presidenta no esté en ejercicio del cargo durante los Juegos. El Senado deberá votar el 11 de mayo si abre o no un juicio político en su contra, lo que según sondeos entre legisladores que realizan medios locales, es algo altamente probable. Si eso ocurre, Rousseff será alejada del cargo por 180 días, durante los cuales asumirá en forma interina el vicepresidente Michel Temer.

La primera en conducir la antorcha después de que la presidenta Rousseff la encienda será la capitana de la selección brasileña de vóleibol, Fabiana Claudino.

La poseedora de dos medallas de oro -en Pekín 2008 y Londres 2012-, fue elegida por la propia presidenta por ser una de las promesas brasileñas en Río.

También están en la lista de los diez primeros conductores de la llama el maratonista Vanderlei Cordeiro de Lima, quien obtuvo la medalla de bronce en Atenas 2004 tras un incidente que marcó los Juegos de aquel año.

El brasileño encabezaba la prueba, pero en el kilómetro 36 fue interceptado por un ex sacerdote irlandés de nombre Cornelius Horan, quien le hizo perder instantes valiosos que tal vez le hayan costado el oro olímpico.

 

La Vanguardia