El conjunto culé se divirtió sobre el terreno del Camp Nou y llenó de sonrisas la grada azulgrana con sólo unos movimientos del balón. Parece fácil, pero lo que consiguieron hacer durante muchos minutos los futbolistas del Barcelona está al alcance de muy pocos equipos en el mundo. En la época moderna, quizá las selecciones de España y de Alemania y el equipo que ganó el sextete diseñado por Guardiola, son los únicos que han mostrado semejante espectáculo.

Con un centro del campo liderado por Busquets, los tres de arriba pueden campar a sus anchas. Messi, Luis Suárez y Neymar se entienden de todas las formas posibles. Uno asiste, el otro marca y todos intentan que el gol pase por los tres.

Para empezar el encuentro, el Barcelona finiquitó a los valencianistas a la contra, siguió con una acción en la que el balón estaba siendo dominado por los locales y continuó anotando de todas las formas posibles.

Neymar en mitad de cancha recuperó el cuero a André Gomes y terminó jugando con un Luis Suárez que no perdonó en la primera ocasión que tuvo. El uruguayo repitió tras una asistencia de Aleix Vidal, quien se sumó al ataque para que le viera Busquets y terminar jugando de primeras sobre Luis Suárez. El charrúa hizo el resto.

Cuando a algunos jugadores se les hace de noche delante del portero, Messi se encuentra en un auténtico paraíso. Ante Ryan, el argentino aguantó, analizó la situación y terminó marcando el tercero de la noche. No se quedó allí La Pulga, ya que tras la reanudación y por el centro del atraque, culminó una acción en la que intervinieron Arda y Luis Suárez. También le mostró a Parejo que en el área hay que ser contundente. El diez culé le robó el cuero al diez che en zona de peligro y cuando acabó la jugada ya se veía el quinto en el electrónico azulgrana.

El Valencia jugaba con diez tras la expulsión de un Mustafi que hizo un riguroso penalti que no anotó Neymar y sólo podía mirar el reloj. Los minutos eran eternos para los de un Neville que debería probar a hacer los experimentos con gaseosa y no en el Camp Nou.

El Camp Nou era una fiesta. El público disfrutaba de los suyos y tuvo tiempo para bromear con la presencia de Cheryshev en la competición copera. Mientras la grada cantaba, aplaudía y disfrutaba, Luis Suárez cabeceó al fondo de la red un perfecto centro de Adriano al segundo palo y disparó al fondo de la red con la diestra desde dentro del área.

Con todo lo sucedido, el Barcelona ya tiene prácticamente los dos pies en la final de Copa. Luis Enrique podrá realizar rotaciones en Mestalla y defender una corona que tiene en los culés al claro candidato para seguir reinando.

Vía: Marca