Equipos de socorro intentaban ayudar a las miles de personas en Ecuador damnificadas por un potente sismo, el más fuerte en 40 años, que dejaba al menos 233 muertos, centenares de heridos y destrozos considerables.

«Cifra oficial de fallecidos sube a 233», informó en su cuenta en Twitter el presidente Rafael Correa, quien tiene previsto llegar al puerto de Manta, en la zona más impactada por el terremoto ocurrido el sábado, sobre las 18H30 locales (23H30 GMT), tras una visita al Vaticano.

«Barrio Tarqui de Manta muy afectado. Pedernales destruido. Vicepresidente se dirige a Portoviejo», escribió Correa, en alusión al epicentro del terremoto de magnitud 7,8.El balance anterior era de 77 fallecidos.

El presidente no hizo referencia a la cifra de heridos, que hasta hace unas horas se calculaba en 588.

A la entrada de Portoviejo, una de las ciudades más afectadas, el escenario era desolador: casas destruidas, postes de luz caídos en las calles y escombros esparcidos por el asfalto, donde muchos vecinos decidieron pasar la noche, todavía conmocionados por el potente temblor, constató la AFP.

«Cómo no voy a llorar, había una persona atrapada que gritaba pidiendo auxilio, pero después ya dejó de gritar. Ay, Señor, fue terrible», dijo Nelly, una desconsolada mujer de 73 años, frente al destruido mercado de abastos del Abdón Calderón, en las afueras de Portoviejo.

«Fue horrible, primera vez que siento un sismo como este, me pareció que duró como un minuto y medio. La casa parecía que se caía. Estoy sorprendida, no me imaginaba que esta ciudad quedara así», declaró visiblemente afectada Bibi Macontos, un vecina de 57 años.

Con epicentro en la provincia de Manabí (oeste, a 300 kms de Quito) es el terremoto más fuerte desde 1979.

El sismo ocurrió hacia las 19H00 (00H00 GMT) del sábado y tuvo una duración de aproximadamente un minuto.

«Estamos enfrentando una tragedia de magnitud», señaló Correa desde el Vaticano, adonde viajó a participar en un foro sobre desigualdad.

En su oración de Regina Coeli este domingo, el papa pidió por los ecuatorianos.»Un violento terremoto ha golpeado a Ecuador, causando numerosas víctimas y graves daños. Roguemos por su población. Que la ayuda de Dios y de sus hermanos les dé fuerza y consuelo», dijo Francisco.

El vicepresidente Jorge Glas informó que el gobierno ha movilizado a la zona más de 14.000 miembros de las fuerzas de seguridad, 241 «profesionales de la salud» y dos hospitales móviles, entre otros.»Sabemos que hay ciudadanos debajo de lo escombros que tienen que ser rescatados», agregó.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, expresó la solidaridad de la UE y anunció que se activó el mecanismo de protección civil para ofrecer apoyo.»Nuestros pensamientos están con las víctimas, sus familiares y amigos y con todos aquellos que se han visto afectados», dijo Mogherini en un comunicado.

– 20 veces más que en Japón –

David Rothery, profesor de ciencias planetarias en la Open University del Reino Unido, explicó que «el terremoto de Ecuador se produjo en tierra» y que la energía total liberada fue alrededor 20 veces mayor que la del sismo en Japón la madrugada del sábado.

«No existe una relación causal entre los terremotos de Ecuador y Japón. Alrededor de veinte terremotos de magnitud 7 ocurren cada año en el mundo», señaló el experto.

Hasta la mañana del domingo se han contabilizado 135 réplicas, según el Instituto Geofísico de Ecuador.

El gobierno decretó «el estado de excepción para precautelar el orden publico» y descartó un alerta de tsunami, al igual que las autoridades colombianas.

Carlota López, una vecina de Guayaquil, ciudad que también registró daños, estaba en un coche cuando empezó a sentir el fuerte temblor.

«Los cables de la luz se movían muchísimo y me daba miedo que cayesen en el coche, o las farolas. Justo después se fue la luz en la ciudad», declaró a la AFP por teléfono.

«El coche se balanceaba como si lo estuviese moviendo gente desde fuera con mucha fuerza», agregó.El presidente Correa anunció que Ecuador recibirá el apoyo de equipos de rescate de Colombia y México.

El presidente aseguró que se han activado líneas de crédito de contingencia «por cerca de 600 millones de dólares».