En su ronda de entrevistas de la semana pasada, Setién hizo un guiño público a Philippe Coutinho. «Es un gran jugador y me gusta mucho». Unas reflexión que esconde un plan detrás. La solución que tiene pensada el técnico cántabro para si, cuando el brasileño regrese de su cesión al Bayern, acaba quedándose en Can Barça: que juegue de ‘8’.

Durante su año y medio como azulgrana, Valverde siempre situó a Coutinho de falso extremo por la banda izquierda, primero por delante de Iniesta; tras la marcha del manchego, por lo general con Arthur detrás. Nunca acabó de encajar en el engranaje azulgrana, salvado ocasionalmente por sus goles, diluyéndose poco a poco hasta ser pitado por el Camp Nou, al que incluso mandó un mensaje reivindicativo tras marcar un gol, para acabar siendo suplente y cedido, él, que sigue siendo, y por lo que parece va para largo, el fichaje más caro de la historia del Barça.

Cuestiones económicas aparte (en este mercado se complica un traspaso o cesión que satisfaga económicamente al Barça), será tarea de Setién encontrarle acomodo en su dibujo. Y ahí el cántabro vislumbra un Coutinho como interior, un centrocampista más que incluso puede ser necesario ante las probables salidas de Rakitic y Arturo Vidal. Por sus carácterísticas ofensivas (juego asociativo, precisión e incluso llegada y golpeo) Cou podría encajar. Más dudas plantea su desempeño defensivo. Si Arthur es más un iniciador de juego, Coutinho aportaría más verticalidad y poderío ofensivo.