El FC Bayern Múnich arrancó la temporada 2020/21 como finalizó la anterior, festejando. El conjunto alemán se impuso por 2 a 1 en Budapest ante el Sevilla y se coronó campeón de la Supercopa de Europa. En el Puskas Arena de Budapest, hubo cerca de 20 mil espectadores, por primera vez en un certalmen continental tras la pandemia del coronavirus.

Antes de los 15 minutos, el Sevilla abrió el marcador. Un centro de Suso para De Jong, que este bajó para la llegada de Rakitic, obligó a Alaba a empujar al croata para que no llegue al balón y el árbitro no dudó al pitar penal. El argentino Lucas Ocampos se hizo cargo de la ejecución y con un remate cruzado estableció el 1 a 0.

Finalmente, de tanto insistir, el campeón de la Champions tuvo su premio a los 33 minutos. Muller levantó de tres dedos para el centrodelantero polaco, quien de espaldas al arco aguantó la marca y bajó la pelota para que León Goretzka de frente, remate a quemarropa para igualar las acciones.

La más clara para el cuadro español la tuvo En-Nesyri cuando ya se habían jugado más de 85 minutos. El punta que había entrado Luuk de Jong escapó mano a mano, tras una pifia de Alaba en el rebote de un tiro de esquina en ofensiva para el cuadro alemán, pero Neuer se lució y le ganó el duelo con un manotazo que valió un gol para su equipo.

El Bayern Múnich logró el segundo tanto sobre el final de los primeros 15 del alargue, gracias a una pelota parada. Alaba capturó una pelota suelta en el área y obligó a Bono a dar un rebote largo y al cielo que cayó justo en la cabeza de Javi Martínez, quien había ingresado minutos antes, y festejó el 2 a 1.

Con el triunfo, el conjunto bávaro vuelve a demostrarle al mundo por qué es el mejor equipo del planeta y este trofeo sirve de advertencia para que el resto de los clubes sepan que en esta temporada buscará repetir el triplete. Por el lado del Sevilla, Lopetegui podrá dormir tranquilo sabiendo que si sus jugadores mantienen este nivel, podrá luchar también por levantar algún trofeo esta campaña.