Sorprendió Ernesto Valverde en el once titular al dejar en el banquillo a Dembélé y colocar a Semedo. En un partido en el que se sabía que el rival se iba a encerrar, el técnico azulgrana prefirió al lateral portugués y adelantar a Sergi Roberto.
Le costó al equipo encontrarse y romper la presión excelente de la Roma. El equipo presionaba a destiempo y solo Rakitic acertaba a recuperar balones. Se echaba de menos la inspiración de Iniesta o el destello de Leo Messi. Costaba crear ocasiones y las defensas -de los dos equipos- se imponían a las delanteras.
Aún así, Rakitic pudo abrir el marcador pero su centro chut se estrelló en el poste (el 41 de la temporada). Seguro que este gol hubiese cambiado la manera de jugar. No lo hizo y la Roma seguía encerrada. Siempre que Messi intentaba la jugada aparecía una pierna para recuperar el balón. Pudo marcar Suárez en un gran disparo que desvió Allisson que antes ya había cortado un disparo de Messi.
Pero lo que son las cosas. Cuando más parecía que los primeros cuarenta y cinco minutos iban a acabar con el mismo marcador con el que se inició el match llegó el primer gol del partido. Una combinación rápida entre Iniesta y Messi se encontró con la pierna de De Rossi que -sin quererlo- envió el balón dentro de su portería. Tantas veces el balón se quedó cortado en el último suspiro que en esta ocasión la última pierna les penalizó.
¿Y la Roma? Poco ofensivamente. Se concentraron en presionar y presionar, en vigilar cada acción ofensiva del Barcelona y en salir al contragolpe. Pero Ter Stegen no tuvo que detener ningún disparo de los italianos.
SUSTO PARA EMPEZAR…
Susto para empezar la segunda parte. Los aficionados aún no habían ocupado sus localidades cuando Perotti se adelantó a Semedo y remate de cabeza ligeramente desviado. Sesenta segundos después era Alba quien probaba a Alisson que no blocó el esférico y Suárez remató fuera con todo a favor.
La Roma dio un paso adelante, especialmente con sus dos laterales (Bruno Gomes y Kolarov) y el Barcelona naufragaba. Error de Umtiti y perdida constante de balones. Despertó Messi y el ’10’ probó su disparo perferido lo detuvo Alisson.
Y GOLES PARA ANIMARSE
Pero cuando más preocupación había en las gradas llegaron los goles del Barcelona. El segundo, como el primero, en propia puerta. En este caso Umtiti celebró un gol que fue obra de Manolas. El central francés remtató al poste y el rechace dio en la espalda del defensa griego.
En pleno éxtasis blaugrana llegó el tercero. Jugada de Messi por la derecha, Suárez que dispara ante un Alisson que tampoco blocó y Piqué solo tuvo que empujar el balón. Tercero del Bacelona que, sin hacer un gran partido, dejaba la eliminatoria casi sentenciada.
El Barcelona jugaba tranquilo ante una Roma que empezaba a bajar los brazos. Paulinho entró por un Busquets que reaparecía de una lesión y se marchó cabizbajo.
Ter Stegen se convirtió en héroe en dos intervenciones consecutivas. Primero en desviar un disparo de Defrel después de un error suyo y después en un trallazo de Perotti que desvió a mano cambiada cuando entraba por la escuadra. Pero ya nada pudo hacer en la tercera ocasión consecutiva cuando Dzeko se anticipó a Alba y fusiló al portero alemán.
Estaba tocado el Barcelona. Semedo hizo su única acción positiva de la noche, Denis Suárez colocó el balón y Luis Suárez rompió con su gafe europeo para anotar el cuarto del Barcelona. El último de la noche.
4-1, eliminatoria casi decidida en una noche sin brillo del Barcelona. Más goles que fútbol y un marcador mejor del que nadie podía esperar visto lo que había pasado sobre el césped del Camp Nou. Las semis ya se tocan
VÍA: DIARIO SPORT