En el primer tiempo, la selección peruana, que tuvo desde el inicio Paolo Guerrero, intentó imponer su juego de salida clara y presión inmediata cuando perdía la pelota; pero se encontró con un cuadro saudí distinto a los rivales de los amistosos anteriores, todos europeos, que había afrontado.
El equipo de Pizzi juega ras del piso, tiene velocidad y habilidad aunque falla en las áreas. Con inocencia para defender y poca contundencia cuando ataca. Ante ello y a pesar de que no generaba llegadas claras, Perú inquietó con remates desde afuera, uno de Tapia que contuvo con dificultad el arquero Abdullah Almuaiouf y otro de Carrillo con volea de zurda que se clavó en un ángulo para darle la ventaja a los de Gareca.
Con la ventaja, se asentó la blanquirroja aunque tuvo algunos errores no forzados en la salida por la izquierda por pases fallidos de Trauco y Yotún. El cuadro asiático, buen rival por pasajes del partido, exigió en lo físico y obligó con su presión a que Perú se viera obligado a salir tocando en espacios reducidos para sacudirse de esa dificultad.
Al cierre de la primera fracción llegó el segundo tanto tras un lindo ataque colectivo en que se conectaron Tapia-Cueva-Flores con remate de este último y que permitió, tras el rebote en el arquero, que Guerrero se reencuentre en su romance con la red. El 2-0 reflejaba la diferencia entre ambos.
El segundo tiempo ratificó la superioridad del equipo peruano que en los primeros minutos demostró su superioridad a través de una posesión permanente y un control absoluto del juego. Así tras una gran gambeta por izquierda de André Carrillo, llegó el centro para el tercer gol peruano y el segundo de Paolo con un impecable golpe de cabeza. El encuentro quedó allí liquidado y en lo sucesivo ambos equipos practicaron muchos cambios para darle actividad a sus plantillas.
Un nuevo examen aprobatorio de Perú previo al mundial, con un funcionamiento que se consolida y con actuaciones individuales que siguen creciendo. Hoy estuvieron en gran nivel, Tapia, Carrillo, Santamaría y el propio Paolo Guerrero aportando con un doblete. De todas formas, persiste la sensación de que el gran protagonista en Perú sigue siendo el juego colectivo. Como n líneas compactas, equipo corto, práctico, fino con la pelota y laborioso para recuperarla.
Tiempo de seguir trabajando con tranquilidad y sobriedad, cimentando conceptos y pensando en afrontar a Suecia el sábado en Gotemburgo. Sin duda la blanquirroja inspira confianza, transita el camino correcto.
Rusia espera y el equipo invita a soñar en que puede ser animador en el torneo. Que así sea.
Vía: AS