Otra vez Messi. El argentino volvió a decidir un partido en el que el Barcelona no dejó jamás de sufrir. Un golazo a la contra y un penalti, transformado sobre el mismo, dio la victoria a su equipo en el segundo tiempo, encarrilando los octavos de final ante un Arsenal voluntarioso pero desacertado ante Ter Stegen.
El inicio del encuentro fue el peor momento para el Barça. Quiso ralentizar el partido para que no fuera un correcalles, pero sus errores en la salida del balón le ocasionaron más de un quebradero de cabeza. Ter Stegen tuvo que emplearse a fondo en más de una ocasión. El centro del campo sufría como nunca con las transiciones y los delanteros no estaban cómodos.
Fue en el segundo tiempo, con el ímpetu del Arsenal venido a menos, cuando el Barça desequilibró el partido. Dejó salir al Arsenal de su cueva para lanzar después buenas contras con su tridente. En uno de esos contragolpes, Suárez y Neymar conectaron decisivamente para romper a la defensa a la carrera. El brasileño asistió a Messi y el argentino hizo el resto: sentó a Cech pisando el balón como si todo fuera sencillo y mató a placer.
El Arsenal intentó reaccionar y pudo incluso empatar, pero Ter Stegen fue un muro. El Barça, con la eliminatoria de cara, pensó en un principio en contemporizar para evitar más sustos, pero Messi quería más. Y si a cuando a él tiene apetito no hay quien le frene. Otra aparición, otro gol. Fue objeto de penalti claro en una de sus internadas y su lanzamiento, sin extravagancias, acabó por matar al Arsenal. Los cuartos de final están más que cerca. Si no está sentenciada esta eliminatoria es porque Suárez perdonó y porque Cech se multiplicó.
Vía: Marca