Acción del partido entre Denver y Portland.

Los Nuggets consiguen el 1-0 dos días después de ganar el séptimo y agónico encuentro de la anterior ronda ante los Spurs. Lo hacen por 121-113 ante los Blazers, con media semana más de descanso, en el Pepsi Center de Denver, lo hacen para marcar territorio y para disipar dudas, lo hacen para encumbrar a Nikola Jokic (37 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias, 3 robos y 2 tapones) como uno de los pívots más versátiles y con más potencial de los últimos años.

El partido fue un toma y daca continuo. En la primera manga era un ‘si tú anotas, yo también lo tendré que hacer’. Se jugaban un buen baloncesto de bloqueos y rupturas por velocidad en estático, con Jokic desplegando el ‘pick&pop’ y Lillard jugando con Kanter.

El turco dio el susto al hacerse daño en el hombro derecho, ya maltrecho de por sí, en una de las primeras jugadas; luego no parecía que le doliera, pero en rueda de prensa achacó el malestar en esa parte del cuerpo como impedimento para frenar al oponente serbio. Con la entrada de Monte Morris y Will Barton los locales subieron una velocidad y ahí los visitantes también se encontraban cómodos gracias a la salida de un acertado Rodney Hood (17 puntos). Tuvo que salir de nuevo el quinteto habitual de Denver para frenar la sangría, sobre todo con un Millsap que hizo estragos ante Aminu y Harkless.

Tomado de as.com