Donovan Mitchell confirmó el jueves que ha dado positivo al nuevo coronavirus, señalando públicamente que lidia en persona con la pandemia que ha causado la suspensión temporal de actividades de la NBA y otras ligas deportivas importantes.
Momentos después, su compañero en el Jazz de Utah Rudy Gobert _el primer jugador de la NBA en dar positivo y cuyo resultado en las pruebas fue el causante que la liga suspendiera la temporada de forma indefinida_ también confirmó su estado y ofreció disculpas.
“Fui descuidado y no tengo excusas», lamentó Gobert a través de Instagram.
El resultado de la prueba de Mitchell a COVID-19 no se conoció hasta el jueves por la mañana, el primer día en que la NBA suspende sus partidos por completo. Jugadores y personal del Jazz, al igual que periodistas que cubren las actividades del equipo, fueron sometidos a análisis el miércoles por la noche en Oklahoma City, donde Utah tenía programado enfrentarse al Thunder en un duelo que fue cancelado poco antes de su hora de inicio una vez que se supo que Gobert había dado positivo.
También el jueves, los Pistons de Detroit, los Celtics de Boston, los Wizards de Washington y los Raptors de Toronto _equipos que han enfrentado al Jazz y a Gobert desde principios de marzo_ informaron que estaban sometiendo a cuarentena a algunos de sus jugadores y personal por un periodo de hasta 14 días. Los Cavaliers de Cleveland, equipo que recientemente tuvo un partido con Utah, subrayó que no se trata de cuarentenas obligatorias aún pero lo serían en caso de que alguno de sus jugadores presenta síntomas preocupantes.
“Gracias a todos los que se han contactado desde que se dio la noticia de mi prueba positiva», escribió Mitchell en Instagram. “Todos estamos comprendiendo más sobre la gravedad de esta situación y espero que la gente continúe aprendiendo y se dé cuenta que necesitan comportarse responsablemente tanto por su propia salud como por el bienestar de aquellos que los rodean».
Gobert, tal parece, no está entre los que se comportan responsablemente.
Todo comenzó como una broma: Antes de marcharse de una conferencia de prensa en Salt Lake City, el jugador francés tocó todos los micrófonos y grabadoras que estaban frente a él sobre una mesa. Los dispositivos pertenecían a reporteros que cubrían al Jazz de Utah y que habían acudido a la sesión del lunes, previa a un partido contra los Pistons de Detroit.
“Ustedes saben, no hay mucho por hacer por ahora», aseguró Gobert en esa conferencia de prensa cuando se le preguntó cómo estaban lidiando los equipos con el virus. Y aproximadamente un minuto después, antes de abandonar de prisa la sala, tocó todo el equipo de los medios.
La broma no resulta ahora tan graciosa, con dos jugadores del Jazz contagiados con el virus y una liga en una situación límite. Se desconoce si Gobert fue quien contagió a Mitchell o viceversa.
“Como seguimiento al positivo de ayer en una prueba de COVID-19, personal sanitario en Oklahoma realizó pruebas a toda la expedición del Jazz de Utah, confirmando un caso adicional de un jugador del Jazz”, señaló el equipo en un comunicado el jueves, antes que Mitchell mismo confirmara que él era ese jugador adicional. “Colaboramos de cerca con el CDC (siglas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos), las autoridades de los estados de Oklahoma y Utah y la NBA para monitorear su salud y determinar las mejores medidas a tomar”.
Gobert compartió la cancha con 50 rivales en esos partidos, y con 15 árbitros.
Uno de esos árbitros fue Courtney Kirkland, quien debía trabajar el mismo miércoles en un partido entre Nueva Orleáns y Sacramento, que se pospuso también. La decisión tomó en cuenta que Kirkland había estado en la cancha con Gobert dos noches antes, tal como ocurrió con quién sabe cuántos chicos recogepelotas, empleados, guardias de seguridad y otros.
Desde luego, Gobert tuvo contacto con sus propios compañeros, así como con entrenadores y personal del Jazz. Y seguramente estuvo junto a muchas personas en aviones durante los días recientes. O compartió el ascensor del hotel con otras. O cenó con alguien. O le estrechó la mano a alguien. Y así sucesivamente.
“Estoy seguro de que tuve contacto con él”, dijo Langston Galloway, de Detroit. “Te concentras en ese momento de interacción con muchos jugadores diferentes y sabes que, al final del día, pudiste haber tocado el balón o interactuado con un fanático. Simplemente hay que ser más cauteloso de ahora en adelante”.
Para la mayoría de las personas, el nuevo coronavirus sólo causa síntomas de leves a moderados, como fiebre y tos. Para algunos, especialmente otros adultos mayores y personas con previos problemas de salud, puede ocasionarles enfermedades más severas, incluyendo neumonía.
La gran mayoría de los infectados del nuevo coronavirus se recuperan. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), pacientes en unas primeras etapas de la enfermedad logran sanar en aproximadamente dos semanas, mientras que a los enfermos más graves les podría tomar de tres a seis semanas hacerlo.
La suspensión podría costar fácilmente cientos de millones de dólares a los equipos, dependiendo de cuánto dure el paro de actividades.
Se trata de la nueva realidad por el coronavirus, que fue etiquetado el miércoles como una pandemia por la OMS, semanas después de que comenzó su devastadora propagación global que ha infectado a más de 100.000 personas y matado a más de 4.000.
El entrenador de Charlotte James Borrego sentenció que se trata de una época atemorizante en la NBA. Nadie puede negarlo.
“Todos están preocupados y con toda razón”, sostuvo. “Todos en nuestra liga deberían estar preocupados. Pienso que todos en nuestro país lo están, no sólo en el básquetbol. Todos tenemos que cuidarnos y cuidar a nuestro compañero”.