El nombre de Michy Batshuayi no aparecía en la primera lista de la fiesta del campeón. Pero llegó a tiempo. Llamó a la puerta y Conte le dejó entrar a cuarto de hora del final. El belga surgió para marcar el gol del título para el Chelsea, que iba a dejar para otro día las celebraciones. El tanto que pasará a la historia se hizo esperar. Llegó en el minuto 82.
Matic quiso disparar y le dio a la pelota un efecto imposible que se convirtió en un pase para Azpilicueta, héroe todo el año, para meterla dentro del área. Allí apareció de la nada la figura de Batshuayi para marcar el tanto del campeón, del nuevo ‘Príncipe Azul’ de la Premier League.El título estaba cantado, pero había que inscribir el nombre del mejor equipo de Inglaterra durante esta temporada. Sin discusión. El Chelsea no desaprovechó su primera oportunidad para ser campeón.
Le costó, pero así todo sabe mejor. Y esta Premier hay que saborearla. Conte reconstruyó a un equipo que acabó décimo el pasado curso. Le levantó para volver a reinar. Antonio le ha devuelto a la gloria con sus señas de identidad, las del Chelsea y las marcadas en la pizarra del ideólogo italiano.