Serena Williams tendrá que seguir esperando para intentar igualar el récord absoluto de 24 títulos de Grand Slam que seguirá teniendo en solitario la legendaria australiana Margaret Court. La ganadora de 23, siete veces campeona en Wimbledon, no pudo reeditar su éxito este sábado en el torneo británico porque topó con una luchadora que no da una bola por perdida y que aguanta lo que le echen: Simona Halep.
Campeona hace un año en Roland Garros, la rumana conquistó su tercer major con grandeza y determinación: doble 6-2 en 55 minutos. Podría decirse que no hubo final, pero sería injusto para la ganadora, que estuvo sencillamente brillante. «Era el sueño de mi madre, que me dijo que si quería ser alguien en el tenis, tenía que jugar la final de Wimbledon», dijo Simona, delante de una resignada Williams. No sabemos si logrará lo que persigue, pero cada vez parece menos posible. Le queda el mérito de haberlo intentado tres veces en el último año.
Ahora mismo, Halep es la jugadora más estable del circuito. En los últimos cinco años ha jugado otras tantas finales y ha estado como mínimo en cuartos en 13 grandes. Es la décima en activo que ha levantado título en más de uno, junto con Serena, Venus Williams, Sharapova, Kerber, Azarenka, Kuznetsova, Kvitova, Garbiñe Muguruza y Osaka. Debutaba en la final de Wimbledon y ganó, como Kvitova en 2011. En Australia, el pasado mes de enero, Serena (la finalista más vieja con 37 años en Londres) le había apeado en octavos, en un partido duro a tres sets. Aquí se tomó la revancha y bien.
El primer set lo abrió Halep a toda máquina, con un 4-0 de salida que dejó boquiabierto al público de la central. Serena golpeaba la bola con el alma, pero Simona respondía con magníficas defensas y contraataques letales, desesperando a la estadounidense, que no encontró la forma de colarle muchos ganadores a una jugadora que sólo cometió dos errores no forzados en el primer parcial (¡acabó con sólo 3!) y restó de maravilla pese al alto porcentaje de primeros de su oponente (80%). De esa manera no pudo evitar que Halep se adelantara en poco más de media hora.
Tranquilidad y paciencia
En el primer juego de la segunda manga, Williams ganó un par de buenos puntos y los celebró como si le fuera la vida en ellos, con gritos desgarradores, tratando de intimidar a Simona. Sólo era el 1-0, pero para la multicampeona significaba más. Pero la número siete del mundo ni se inmutó. Siguió a lo suyo, con paciencia, explotando las dificultades de Serena para desplazarse. Con 2-2 en el marcador hubo un punto significativo, el paradigma de lo que estaba sucediendo. Halep lo ganó tras rechazar un remate y varios tarascazos más de Williams que no vio como franquearla. Terminó perdiendo el saque con un fallo de bulto con el revés pegada a la red. Tiro fuera la bola groseramente y, por extensión, el partido. Luego encajó otro quiebre y se entregó. Halep, rodillas en tierra, celebró su gran hito, historia ya del tenis rumano. El gran Nastase fue finalista en 1976 y 1978, pero ninguna mujer ni hombre había ganado en el All England.
Fuente: Diario AS