Adiós de Roger Federer a 2016. Adiós a su última oportunidad de colgarse el oro olímpico. El número tres del mundo comunicó que no volverá a competir hasta el próximo año, dado que necesita recuperarse plenamente de sus problemas de rodilla. «Considerando todas las opciones después de consultar a mis médicos y a mi equipo he tomado la difícil decisión de poner fin a mi temporada», escribió en su cuenta de Facebook. «Necesito más tiempo de rehabilitación después de mi operación en la rodilla», añadió.
Federer se sometió a una artroscopia en la rodilla para solucionar sus problemas de menisco el pasado 3 de febrero, poco después de perder ante Djokovic en las semifinales del Abierto de Australia. Reapareció el pasado mes de abril en Montecarlo, pero fue baja en Roland Garros, perdiéndose por primera vez un grande después de disputar 65 de forma consecutiva.
El grave contratiempo le impedirá también defender los títulos conquistados el pasado año en Basilea y Cincinnati, además de disputar la Copa Masters, en las que ha estado presente a lo largo de toda su carrera. «Los médicos me han advertido de que si quiero jugar algunos años más en el circuito libre de lesiones, tal y como pretendo, debo dar a mi cuerpo y a mi rodilla el tiempo apropiado de recuperación», explica en Facebook.
Semifinalista en el último torneo de Wimbledon, el helvético, que el día 8 cumple 35 años, buscaba en Río uno de los pocos objetivos negados en una carrera que contempla 88 títulos, 17 de ellos del Grand Slam, y 24 Masters 1000. Federer logró en 2014 conquistar con Suiza la Copa Davis, terminando con otro de los desafíos que se le resistía, en este caso por la falta de implicación. Además, ha estado 302 semanas como número uno del mundo, récord absoluto, al igual que su cifra demajors.
Oro en dobles en Pekín 2008, junto a Stanislas Wawrinka, tuvo su mejor oportunidad de ganar la competición individual cuatro años después, en Londres, sobre la hierba de Wimbledon en la que logró nada menos que siete títulos. La derrota en la final contra Andy Murray fue, sin duda, una de las más dolorosas de su carrera. Pese al mensaje optimista que lanza para el futuro, la noticia de su larga ausencia de las pistas invita a la incertidumbre.
Por primera vez desde el año 2000, Federer terminará el curso sin un solo título. Su capacidad competitiva se había visto sensiblemente reducida en el primer tramo de la temporada, bien fuera por su precario estado físico o por el azote del tiempo, inclemente también con aquellos que han demostrado tener un halo casi divino.
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