El Deportivo Saprissa, conocido como el «Monstruo Morado», se enfrentó a una misión casi imposible en el Estadio Ricardo Saprissa Aymá: revertir un 3-0 en contra que el Club Sport Herediano les había impuesto en la ida de la eliminatoria. Con el apoyo incondicional de su afición y la destacada presencia de los panameños Fidel Escobar y Eduardo Anderson, el equipo salió al campo con la esperanza de escribir una nueva página de gloria en su historia.

Desde el inicio del partido, los morados mostraron un fútbol agresivo, dominando la posesión y generando oportunidades claras. Su esfuerzo dio frutos en el primer tiempo, con un gol que encendió las esperanzas y elevó la presión sobre el conjunto florense. La conexión entre Escobar en la defensa con Anderson fue clave para mantener al equipo equilibrado, mientras buscaban con urgencia el segundo tanto.

Ya en la segunda mitad, el Saprissa siguió insistiendo, logrando el anhelado 2-0 que puso a vibrar a todo el estadio. Con ese marcador, los dirigidos por José Giacone se colocaron a solo un gol de igualar la eliminatoria, lo que desató una presión asfixiante sobre Herediano. Sin embargo, los minutos finales fueron un duelo de nervios, con el visitante defendiendo con todo y los morados lanzados al ataque.

A pesar de su valentía y entrega, el Saprissa no logró el tercer gol que les habría permitido llevar la serie al tiempo extra. El pitazo final selló un 2-0 insuficiente, dejando al Monstruo Morado a un solo paso de la hazaña. La afición, aunque dolida por la eliminación, despidió al equipo con aplausos, reconociendo su esfuerzo y entrega en el campo.

El Herediano avanzó, pero el Saprissa dejó claro que nunca se rinde, con Escobar y Anderson como figuras clave que seguirán dando de qué hablar en el fútbol costarricense.

Por: Felix Ohmer