Hubo suspenso, hubo polémica, hubo tensión, pero Brasil espantó todos los fantasmas: ¡venció 3-1 a Perú en la final y es nueve veces campeón de la Copa América!
El mejor equipo del torneo celebró gracias a la precisión y la contundencia que mostró en todo el torneo y justamente se coronó frente a su gente en el mítico estadio Maracaná. La figura de Gabriel Jesus, mal expulsado, emergió justo a tiempo y el liderazgo de Dani Alves de nuevo hizo diferencia para que el título se quedara en casa.
Partía el juego con un tiro libre de Cueva que dejó pasar Alisson Becker y era un anuncio de lo que pasaría en los primeros minutos: Perú dominaba el juego, imponía su ritmo, ganaba los duelos individuales y apenas le faltaban un par de caminos para entrar con más confianza al área rival.
Pero solo 15 minutos duró esa resistencia: un gran pase soltó Dani Alves –SIEMPRE el más veterano poniendo orden- en dirección a Gabriel Jesus, centro preciso al costado opuesto y Advíncula descuidó la llegada de Everton, perdió la referencia y el goleador parcial de la Copa América puso a celebrar al Maracaná por el 1-0. Brasil, a lo Brasil en todo el torneo: ‘confíate que me dominas, que en un pestañeo te castigo’.
OS CAMPEÕES!
Em pé: Alisson, Fernandinho, Militão, Cássio, Willian, L.Paquetá, Miranda, F. Luís, T.Silva, Marquinhos, Casemiro e Edérson
Agachados: D.Neres, Richarlison, Allan, G.Jesus, Everton, D.Alves, Fagner, Arthur, A.Sandro, P. Coutinho e Firmino
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— CBF Futebol (@CBF_Futebol) July 7, 2019
Perú intentaba no perder la cabeza en medio de un estadio que rugía por el ganador, pero se amontonaba en el medio y abría huecos en los costados, lo que advertía a los gritos el desesperado técnico Gareca.
Y por ahí llegó el segundo intento claro de Brasil, un centro de Firmino por la banda izquierda que Coutinho envió apenas desviado. El propio campeón de Champions superaba a Trauco por arriba, al minuto 34, pero el cabezazo se iba muy arriba.
Vendría un intento de reacción de Cueva al 36 y otro de Carrillo al 38 pero no pasó de ahí, hasta el momento en que la fortuna le sonrió a Perú: una mano en el área de Thiago Silva provocó un penalti claro, Guerrero –¿quién si no él?- se paraba frente a la pelota, pero el juez Tobar consultaba el VAR para sumar emoción y entonces sí permitía el empate 1-1 que devolvía el alma a los fieles peruanos.
Una pena que solo durara cuatro minutos tanta felicidad pues, en otro pestañeo, volvió a cobrar el local. Una pérdida tonta en el medio campo provocó Firmino, vino el pase a Arthur y él, con la cabeza arriba, vio la buena ubicación de Gabriel Jesus para abrir el pase: el mejor hombre de Brasil en los últimos juegos remató pegado al palo izquierdo, imposible para Gallese. 2-1. Paz al espíritu brasileño a los 48 minutos, justo en el momento indicado.
El complemento era la repetición de la película inicial, con mucho ímpetu peruano y toda la precisión brasileña: perdonó Coutinho al minuto 50 y luego al 53 –en un admirable carrerón- y luego Firmino, al 58, de cabeza. Era cuestión de tiempo el tercer gol amarillo en el Maracaná…
Pero gastaba lo que le quedaba el equipo de Gareca, con más ganas de Tapia –el motor- que otra cosa, hasta el momento del desequilibrio: la injusta expulsión de Gabriel Jesús por doble amarilla al minuto 70 abrió el camino para luchar con la vida por el empate. Al 73 Trauco lo intentó y al 74 se le fue apenas desviado el gol del empate a Flores.
A puro corazón se entregaban ambos equipos, hasta que al minuto 86, entró al área Everton, Zambrano salió a cerrarlo y en la fuerza entre ambos cayó en el área el brasileño: Tobar pitó penalti, la revisó en el VAR y Richarlison bajó la persiana de una final disputada, mucho más que en el 5-0 de la primera ronda, pero favorable al equipo que mejor hizo las cosas en la cancha del Maracaná y en el torneo.
Brasil celebró ante su gente, gritó campeón por novena vez en su historia y aunque Argentina (14) y Uruguay siguen lejos (15) en número de títulos continentales, la dicha de hacer la fiesta en su casa no la arruina nada.
Fuente: Fútbol Red