Fue sufrido, pero merecido, porque la selección de Colombia femenina fue más, porque intentó jugar, porque no se dedicó a chocar y por eso obtuvo su premio: el título del fútbol femenino de los Juegos Panamericanos de Lima. El equipo dirigido por Nelson Abadia se impuso en los penaltis por 7-6 luego de empatar 1-1 con Argentina en los 120 minutos reglamentarios.
Y aunque el duelo fue cerrado, el equipo nacional no perdió la calma, intentó por la derecha, por la izquierda, tocando de primera intención, triangulando. De hecho, Colombia tuvo siempre la iniciativa ante un rival laborioso que cumplió con cerrar los espacios y con detener al otro, otra manera válida de hacer las cosas.