Hubo de todo en San Mamés en un partido descarnado en el que se produjeron expulsiones, penaltis no pitados, un arbitraje desconcertante, agresiones, dos golazos, un gol fantasma, un poste en el último segundo y una resistencia heroica final del Athletic defendiéndose con nueve futbolistas ante un Barcelona que dio la sensación durante muchos minutos del partido de seguir de vacaciones y que estuvo a un paso de dilapidar sus opciones de seguir en la Copa. Más no se puede pedir. Queda una vuelta con muchas cuentas pendientes.
En lo futbolístico, el partido fue del Athletic ante un Barcelona amodorrado en el que jugadores clave como Busquets, Iniesta o Suárez estuvieron absolutamente ausentes. Se podría añadir a Messi en la relación, pero su gol de falta cuando el equipo estaba ante las cuerdas le redime. Únicamente Neymar, valiente como siempre, rindió al nivel de lo que se espera de él.
El Athletic, por contra, fue un equipo desbocado en lo bueno y en lo malo. Valverde le volvió a ganar la partida a Luis Enrique en la pizarra y su dibujo de 4-4-2 con Raul García por la derecha dejando en punta a Iñaki y Aduriz desconcertó al Barça, que sudaba sangre para sacar jugada la pelota.
Fruto de dos pérdidas de balón (en ambas estuvo involucrado Iniesta, por extraño que parezca) el Athletic se adelantó con goles de Aduriz y Williams.
Enfrente, sin noticias del Barça más allá de una llegada de Piqué que sufrió un penalti clarísimo por parte de Gorka que se quedaría pequeño con uno posterior de Etxeita a Neymar. Esas dos jugadas, junto a una agresión impresentable de Aduriz a Umtiti calentaron el partido.
En la segunda mitad, el Barcelona mejoró a rebufo del gol de Messi de falta y el Athletic resistió heroicamente a pesar de perder por rojas claras a Raúl García y a Iturraspe.
Pero la empanada del Barça era tal que ni ante nueve pudieron empatar a pesar de que Messi en el descuento, tiró al poste. La vuelta, promete.
por: Diario AS