Explosiones, al menos una de ellas causada por un suicida, sacudieron el aeropuerto de Bruselas y el metro de la capital belga este martes, 22 de marzo, provocando el cierre de la ciudad y elevando la seguridad en toda Europa. Al menos 31 personas habrían fallecido.
El alcalde de Bruselas Yvan Majeur dijo que son 20 los muertos y 106 los heridos en el ataque contra la estación de trenes Maelbeek, cercana a la sede de la Unión Europea.
Anteriormente, otro funcionario belga había dicho que 11 personas murieron y 81 resultaron heridas en dos explosiones simultáneas en el aeropuerto de Bruselas.
En total son 31 los muertos, 187 los heridos, por las tres explosiones.
Un portavoz del metro de Bruselas dijo que 15 personas fallecieron y al menos 55 resultaron heridas en la explosión registrada en un tren y medios belgas informaron de al menos 11 muertos en dos explosiones en el aeropuerto, que causaron varios heridos más.
En un inicio se reportaron 13 fallecidos, pero la ministra de salud Maggie de Block confirmó que eran 11 los muertos, además de 81 heridos.
“Lo que temíamos ha sucedido”, dijo el primer ministro belga Charles Michel a los periodistas. “En estos momentos de tragedia, en este momento negro para nuestro país, hago un llamado a todos a permanecer en calma y también a demostrar solidaridad”.
Bélgica elevó su nivel de alerta a grado más alto, desvió trenes y autobuses con destino a la ciudad y ordenó a la población que se quedara dónde estaba.
Los aeropuertos de toda Europa reforzaron de inmediato su seguridad. “Estamos en guerra”, dijo el primer ministro de Francia, Manuel Valls, tras una reunión de urgencia convocada por el presidente francés, François Hollande. “En los últimos meses Europa ha sido objeto de actos de guerra”.
Responsables de seguridad en Europa llevaban semanas preparadas para un gran ataque, y advirtieron que el grupo extremista Estado Islámico estaba preparándose para actuar.
La detención el viernes de un sospechoso clave en los ataques del pasado noviembre en París, que dejaron 130 muertos, elevó esos temores, mientras los investigadores reconocían que hay más gente implicada en la trama de la que en un principio se creyó y que algunos siguen huidos.
Ningún grupo reclamó de inmediato la autoría de los atentados del martes y el primer ministro dijo que por el momento no había pruebas que vinculen al detenido, Salah Abdeslam, con los incidentes. Tras su arresto el viernes, Abdeslam dijo a las autoridades que había creado una nueva célula y que estaba planeando nuevos atentados.