El serbio Novak Djokovic venció al suizo Roger Federer y se coronó campeón en Wimbledon en un partido apretado que se fue a cinco sets en casi cinco horas de juego.
Es la final más larga de la historia.
Llegaron a 12-12 en el quinto set, por lo que el partido se definió en tie-break, algo que nunca había ocurrido en una final de Grand Slam.
Fue una final reñida, intensa. Una batalla de los mejores del deporte.
Djokovic salvó los dos match-points.
El último set fue un final de infarto.
Djokovic ganó tres tie-breaks en el partido, un nuevo récord para una final de Grand Slam.
Vía CNN