Un derbi no es un partido cualquiera y menos cuando el Barcelona pincha horas antes en su casa ante el Athletic. Real Madrid y Atlético se jugaban dar un golpe a La Liga. Los blancos necesitaban redimirse tras la derrota en el Sánchez Pizjuán y los colchoneros buscaban adelantar a los de Lopetegui después de un titubeante inicio en el campeonato. Además, el último precedente, en la Supercopa de Europa, favorecía al equipo de Simeone, pero en la memoria siempre están las finales de Lisboa y Milán conquistadas por los merengues. En definitiva, ambos conjuntos tenían más que motivos para sacar su sed de venganza y añadir un extra de morbo a un partido ya de por sí de máxima rivalidad.
El primer cuarto de hora pasó sin ocasiones claras, aunque con el Atlético llegando más a la portería de un Courtois que volvió a ser la apuesta de Lopetegui en detrimento de Keylor Navas. En el once de Simeone, Filipe Luis, en el lateral izquierdo, y Rodri, en el centro del campo, fueron las apuestas del argentino. Por su parte, no hubo sorpresas en la alineación merengue que, a falta de Marcelo, contó con Nacho en el carril zurdo de la defensa.
La primera oportunidad del encuentro fue para Griezmann. El francés tuvo un mano a mano con Courtois que ganó el belga y que llegó después de que Martínez Munuera no señalara una posible falta a favor del Real Madrid. Clarísima la ocasión del delantero galo y gran intervención del guardameta merengue. Sin embargo, el equipo blanco no tardó en contestar y Bale, tras un saque de falta, conectó una pelota que se paseó el área colchonera y terminó lamiendo el palo. Ahí el juego ya se había endurecido por parte del Atlético, aunque Saúl y Koke contaron con la complicidad del árbitro para marcharse sin tarjeta tras dos duras entradas.
El criterio del colegiado comenzaba a encender a un Santiago Bernabéu que explotó cuando Carvajal, a las primeras de cambio, vio la amarilla al cortar un contraataque de los rojiblancos. El derbi estaba en el punto que suele gustar a Simeone: con pocas ocasiones, embarullado y con el Real Madrid sin poder imponer su estilo debido a los continuas interrupciones.
El Atleti seguía a lo suyo y Diego Costa gozó de un nueva ocasión al quedarse solo ante Courtois. El mejor guardameta del mundo, según la FIFA, sacó brilló a su ‘The Best’ con un nuevo paradón. Los brazos gigantes e interminables del belga empequeñecían la portería para los delanteros rojiblancos. Ante su exequipo, el bueno de Thibaut realizaba la que hasta el momento ha sido su mejor actuación con el Real Madrid.
Oblak estuvo a punto de marcarse un ‘Karius’ antes del descanso. El esloveno se lía y consigue atrapar un rechace de Asensio que iba a portería. Susto para un Atleti que antes había reclamado penalti por una mano de Casemiro, aunque el brasileño tenía pegado el brazo al cuerpo. Y así se cerró una primera mitad en la que no pasó mucho y en la que ambos equipos habían mostrado respeto e incluso miedo a perder.
Las malas noticias para el Real Madrid llegaron en los vestuarios. Bale no pudo volver tras lesionarse durante la primera mitad. La baja del galés, de considerable importancia para Lopetegui, complicaba más las cosas a los blancos. Ceballos fue el encargado de sustituir a la estrella madridista en un intento por tener un mayor control del juego y, por ende, del centro del campo.
El plan funcionó y el Madrid consiguió encerrar en su campo al Atlético. Los blancos se convirtieron en los dueños del partido y cada vez rondaban con más constancia el área de Oblak. Simeone movió ficha dando entrada a Correa por Lemar, ya que el francés no había estado al nivel de la Supercopa de Europa donde fue clave para el triunfo rojiblanco.
El partido entró en su última media hora con todo por decidir y con el Madrid más decidido que el Atleti a la hora de buscar el triunfo y los tres puntos. Sin embargo, el sesteo de los colchoneros seguía siendo su baza más peligrosa. No necesitaban mucho para incomodar, ya que se encontraban cómodos con el empate sin goles en el marcador. Un luminoso que pudo haber estrenado Asensio si hubiera acertado ante Oblak. El balear estrelló el esférico en el cuerpo del esloveno tras un gran pase de Kroos que rompió por completo a la muralla rojiblanca.
El miedo de Simeone se evidenció con el cambio de Thomas por Diego Costa. Al argentino ya le valía un punto ante la gran superioridad del Madrid en el segundo acto. El conservadurismo de ‘El Cholo’ volvía a estar a examen en los 20 minutos finales del derbi. El Atleti sobrevivía con prácticamente todos sus hombres en la zona de tres cuartos del ataque de Madrid, pero los merengues no encontraban rematadores y Asensio, entre otros, comenzaban a dar signos de evidente cansancio físico.
El Santiago Bernabéu gritaba «Mariano, Mariano», pero Lopetegui decidió jugársela con la velocidad de Lucas Vázquez. El equipo colchonero se estaba escapando vivo y al actual campeón de Europa le pesaban las piernas tras un septiembre muy exigente. En los instantes finales, con las fuerzas ya gastadas, un error amenazaba con convertirse en un castigo para cualquiera de los dos conjuntos. Y en esas debutó Vinicius, siendo así el arma final del técnico madridsita para agitar los últimos momentos del derbi.
El brasileño lo intentó y se escuchó es murmullo de ilusión en el estadio merengue cada vez que tocaba la pelota. Sin embargo, no fue suficiente para que el Real Madrid se llevara la victoria a pesar de la superioridad mostrada sobre el terreno de juego. La jornada, finalmente, fue nula para todos en la parte alta de la tabla después de sendos empates en el Santiago Bernabéu y en el Camp Nou. Eso sí, el Real Madrid recuperó su mejor versión y demostró que lo de Sevilla tan solo fue un accidente.
VÍA: EL ESPAÑOL