Se conectó más que nunca con su país, en todo lo que le había costado llegar hasta ese punto. Recordó su infancia, en los partidos contra los varones, en el roce temprano de la Primera División cuando solo era una adolescente. Relacionó el sacrificio por el que tuvo que atravesar. Pero fue su mamá quien se llevó la mayor parte de los pensamientos.

Cuando Marta Cox pisó el campo de juego del estadio de Hindmarsh, en Adelaide, se dijo a sí misma: «Lo logré, mamá».

Tiene 26 años y es una de las símbolos de un momento histórico de Panamá, equipo que debuta en la Copa Mundial femenina de la FIFA. Con la 10 en su espalda, fue una de las jugadoras más importantes en una clasificación que se hizo esperar demasiado.

La madre de Marta Cox murió muy poco antes de la clasificación de Panamá al torneo que se disputa en Australia Nueva Zelanda. “Pensé en mi madre porque era el logro que ella quería, pues, verme personalmente, que yo estuviera aquí. Creo que hice  lo posible, pero espiritualmente sé que lo vio de igual forma, siento que su amor ha estado presente para mí, su respaldo aún lo siento», dijo Cox en una entrevista a FIFA. Y agregó: «Sé que muchas niñas quisieran estar en mi puesto y yo soy una de ellas que soñé y una de las que lo logré”.

Panamá tuvo un debut complicado al enfrentarse con Brasil, uno de los equipos más fuertes del torneo. Aunque perdió 4 a 0, el equipo se mostró competitivo y capaz de luchar hasta el final.

Cox, símbolo del equipo, recuerda con nostalgia el luto tras la muerte de su madre, una persona muy especial en su vida. “Tuve un proceso bastante…no complicado, pero difícil, porque cuando estuvimos en Monterrey, que era la Eliminatoria, mi mamá tenía dos semanas de fallecida y yo tuve que venir a trabajar y no era fácil porque no estaba bien. Mis compañeras respetaron eso pero al final yo trataba de dar lo mejor de mí», dijo. Y sigue: «No me da tristeza pero sí me golpea. Hoy hay muchos seres humanos que no toleramos a nuestras madres. Me choca que cada cosa tiene que tener un valor en la vida. Lo importante es tener a tu mamá. Era la mujer de la casa. Al final yo me siento tranquila, traté de disfrutar el partido..aunque no se nos dio…es el Mundial».

La mediocampista se refirió al logro de haberse convertido en jugadora profesional tras un largo camino, además de descibir cuál es el contexto del fútbol de Panamá para las mujeres. “No puedo decir que yo no vivo de esto; sí vivo de esto pero no se facilita tanto estando en Panamá, porque no hay un salario profesional, no hay un contrato profesional, la liga no es profesional, entonces abarca muchas cosas. Mis compañeras en Panamá pueden cobrar pero aún no llega ni al salario mínimo».