Después de la eliminación en semifinal con Brasil, el capitán de la Selección Argentina estaba enojado por dos presuntos penales a favor no sancionados, la bronca le subió como nunca antes al ver la roja que de manera insólita le mostró el árbitro paraguayo Mario Díaz De Vivar tras un cruce con Gary Medel en el que no agredió y fue agredido. Tan molesto estaba el 10 que decidió no participar de la ceremonia de premiación por el tercer lugar; se quedó en el camarino, mientras el resto del plantel se tomaba la foto del tercer puesto de la Copa América por el triunfo 2-1 de este sábado ante Chile.

¿Por qué no fui? Por todo un poco. Tengo mucha bronca. No merecía esa roja. Nosotros no tenemos que ser parte de esta corrupción. Nos faltaron el respeto durante toda la Copa. La corrupción y los árbitros no permiten que la gente disfrute del fútbol y del show», redobló la apuesta Lionel desde sus declaraciones explosivas.

Messi no se calló la boca y la siguió abriendo para hablar más alto sobre lo que en el grupo de jugadores, cuerpo técnico y dirigentes de la delegación albiceleste creen que pasó en estos últimos dos partidos. «Hay mucha corrupción, los árbitros…. Nos vamos con la sensación de que no nos permitieron estar en la final.Estábamos para más. Los dos mejores partidos nuestros fueron contra Brasil y éste. Soy sincero, decís las cosas y después pasa esto…»

Plantado como nunca contra lo que cree injusto, Messi siguió gritando sus verdades: «Con una amarilla para los dos se arreglaba todo. Gary (Medel) juega siempre al límite. El árbitro se excedió. Lo que dije la vez pasada pasó factura. Seguro. No se puede ser sincero. Si vengo acá es para decir lo que pienso y decir las cosas como son».

Y cuando parecía que ya había descargado toda su furia, Leo siguió con más: «No tengo dudas de que Brasil será campeón. La Copa está armada para Brasil. Ojalá el VAR y los árbitros no tengan que ver en la final y que Perú pueda competir porque se lo merece, pero la veo muy difícil».