Necesitaba un triunfo, para alejar definitivamente el fantasma de un duro contendor. Si bien Hillary Clinton logró imponerse hoy sábado en los caucus de Nevada, en la tercera fecha de las primarias demócratas que definirán al candidato de ese partido para las elecciones presidenciales de noviembre, lo hizo con un estrecho margen: 52,3% contra un 47,7% de Bernie Sanders. Así, a la ex secretaria de Estado le queda mucho por mejorar, mientras que el senador socialista por Vermont sigue vivo. Por ahora.
Había una guerra de nervios en el equipo de campaña de Hillary. La ex primera dama había logrado un resultado decepcionante en los caucus de Iowa (49,9% contra 49,6%), en el arranque de la contienda electoral el 1 de febrero y más encima luego perdió de manera estrepitosa en las primarias de New Hampshire (38% contra 60% de Sanders), el 9 de febrero. Ambos estados tienen mayoría blanca.
Por eso era tan importante una victoria en Nevada, que ocurre en momentos en que Sanders ha logrado reducir la brecha en la intención de voto a nivel nacional. Incluso un sondeo de la cadena Fox reveló esta semana que el senador cuenta con el apoyo de un 47% frente a un 45% de Clinton. Esto implica un avance de 10 puntos de Sanders respecto de una encuesta similar de enero. En otros estudios es Hillary la que aparece en primer lugar.
Pero tras los caucus de Nevada, la ex jefa de la diplomacia estadounidense puede respirar con cierta tranquilidad, ya que quedó en buen pie para las primarias del sábado en Carolina del Sur, estado donde posee una amplia ventaja especialmente gracias al voto negro y rural.
A su vez, Hillary reafirmó que cuando se trata de un estado con importantes minorías étnicas, como Nevada, ella es fuerte, mientras Sanders tiene problemas para encantar a ese electorado. Nevada es un estado diverso donde la población hispana representa al 27,8%, mientras que el 9,1% es negro y el 8,3 asiático. Y respecto al electorado demócrata, el 20% es hispano y el 13% es afroamericano.
Hillary, según The New York Times, puede respirar aliviada, en una contienda demócrata que se había transformado en impredecible, con Sanders subiendo y subiendo en las encuestas en estados clave. De hecho, durante meses Clinton había considerado a Nevada como un estado “seguro”.
Las muestras de desesperación por la arremetida de Sanders llevaron a que incluso una hora antes de que comenzaran las “asambleas vecinales” en Nevada, Hillary Clinton estuviera en terreno suplicando por votos en distintos puntos.
“Una victoria de ustedes”
De acuerdo con la agencia The Associated Press, “aunque Clinton colocó personal en el estado desde hace meses, las promesas de Sanders de combatir la desigualdad económica parecían estar ganando adeptos en un estado que recién se recupera de un período en que la tasa de desempleo superaba el 10%”.
“A todos los que votaron en cada esquina de Nevada con determinación y corazón. Esta es nuestra victoria”, dijo Clinton en un mensaje en Twitter en el que agradeció a sus partidarios.
Vía: La Tercera