Llueva, haga sol o caigan rayos, a esta selección ha sido difícil dejarla sola. Al menos eso se reflejó en la gran concurrencia que asistió al Coloso de Juan Díaz para presenciar otro partido clave para la Selección de Panamá. Algunos con capotes, otros con paraguas; al final todos llegaron a su destino, aunque unos más tarde que otros.
Godoy fue el maestro de ceremonias. Con sus palabras, invitando a la gente a comportarse bien, se sumaba la primera ovación de la noche. Los himnos sonaban y no se terminaba de llenar el Estadio como se anticipó. Al menos, los que no habían podido ingresar fueron también testigos de la pirotecnia y del estruendo en la introducción del partido.
Pitazo inicial: gol en contra. El Salvador no parecía intimidado. Sabía que podía aguar una fiesta y así lo logró, al menos por 45 minutos con la anotación de Henríquez. Igual, Panamá no bajó los brazos, pese a la frustración de muchos en las gradas y pese a que El Salvador se mantuvo aguantando firme todo el transcurso del primer tiempo.
Finaliza la primera parte. Las notas no fueron bajas para ningún jugador de la Sele: Carrasquilla volvió a lucirse, Yanis mantuvo su forma de maravilla, Browne lució elegante con la 10, Fajardo apareció… Solo faltaba algo importante: el gol.
Inicia el segundo tiempo. Se dan cambios de una vez y sucede algo clave: Góndola por Browne. Algo sabía Christiansen más que ninguno de los asistentes en las gradas del Rommel. Rodó el balón, y Panamá siguió insistiendo sin descanso con el aliento de su gente a sus espaldas.
Gol de Waterman! La reacción fue al unísono de todo el Estadio. Premio merecido tras una gran asistencia de Góndola. Cabezazo y al fondo de la red para empatar el partido. 1-1. Se palpitaban los aires de San Pedro Su… Gol de Panamá! Góndola es reconocido entre el mar de aplausos y de abrazos en un Estadio que volvió a vivir la euforia de una remontada.
121 minutos le tomó a Panamá retomar el control del partido. El resto fue trámite. Pesé a que el coraje salvadoreño no cesó, físicamente el partido de Panamá fue incontestable, y aún más cuando ingresó Cristian Martínez. Valga decirlo: absolutamente todos los cambios recibieron la ovación de la tribuna.
Finalizado el partido, poco importaba cómo habían terminado las cosas en San José, o cómo estaba el asunto en Canadá. Panamá estaba en su propia celebración, y El Salvador se iba cabizbajo pero perdonado y aplaudido por los pocos hinchas salvadoreños que asistieron a la cita.
La ‘Marea Roja’ termina el año no sólo en puesto de repechaje, sino como un contendiente serio para llegar al próximo campeonato del mundo.
Eliminatorias CONCACAF – JM Deportes
Por: Daniel Franco Ospina