El Real Madrid ganó sin problemas a un Celta que le dio muchas facilidades a los blancos que se encontraron con autopistas para llegar al área del equipo gallego. El último encuentro de esta temporada en el Bernabéu fue una fiesta total para el madridismo a la que se apuntó un Celta que presentó algo de lucha en los primeros minutos, pero que desapareció en cuanto el Madrid se dio cuenta del suicidio que estaba cometiendo el conjunto vigués dejando espacios y más espacios a la espalda de la defensa.
Eso, con Modric liberado en el centro del campo y Bale a su aire, condenaron al Celta. Una fiesta blanca a la que incluso se sumó el colegiado que en una misma jugada no pitó un penalti de Casemiro y le anuló un gol al Celta. El partido estaba 1-0 con el tanto de Bale en el minuto 13 en una contra en la que el galés estaba en posición correcta, aunque en un primer momento parecía que estaba un poco más adelantado. Un gol que adelantaba a un Madrid que tampoco es que estuviese haciendo un gran partido, pero el suficiente como para ir ganando.
Un panorama que pudo cambiar en el minuto 16 cuando el colegiado no señaló un penalti de Casemiro a Brais. El balón le llegó a Wass que la entregó a Jozabed que disparó para batir a Keylor, pero el balón dio en Wass que estaba en fuera de juego. Eso pitó el árbitro y no tanto el asistente que se iba al centro del campo a dar validez el tanto, pero se frenó y levantó la bandera.
Una jugada polémica que pudo cambiar el ritmo de un encuentro que estaba siendo muy fácil para un Madrid en el que Modric hacía lo que quería, lo mismo que Bale que aprovechaba la fragilidad defensiva del Celta. Buena muestra fue el 2-0. El galés recogió un balón lago, hizo un gran recorte a Jonny y envió el balón a la escuadra. Golazo en el minuto 30. Un gran gol, su segundo de la tarde y con el que se reivindicó para estar en la final de Kiev. Aún estaban resonando los aplausos por el gol de Bale cuando sólo dos minutos después del 2-0, Isco puso el 3-0 con otro golazo, con un disparo a la escuadra desde la banda izquierda.
El partido ya era del Madrid ante un Celta que lo intentó, aunque sin las ganas suficientes como para creer en una remontada. Y si había alguna esperanza, se encontraban con Keylor que en el minuto 39, evitó el tanto celtiña con un paradón.
Con ese 3-0 se llegó al descanso de un encuentro sentenciado. La segunda mitad no sólo no cambió nada, si no que el Madrid puso el 4-0 en el minuto 52 con el tanto de Achraf que entró por su banda sin oposición y batió a Sergio que pudo hacer mucho más para evitar el tanto.
El Madrid, con Bale al mando, buscó más goles y Zidane comenzó a hacer cambios dando entrada a Asensio y Borja Mayoral por Benzema e Isco. El encuentro era un monólogo del equipo blanco que apenas encontraba oposición en un Celta al que parecía que esta visita al Bernabéu ya había acabado para ellos en la primera mitad. Las desgracias gallegas no acabaron ahí porque Sergi Gómez marcaba en propia puerta el 5-0 en el minuto 74. De ahí al final, el único morbo del partido era ver si el Madrid marcaba más goles y llegaron. Fue Kroos el que marcó el 6-0 en el minuto 81 y pudieron ser más porque Modric envió un balón al poste en el minuto 84. Con esta goleada, con esta victoria plácida, el Real Madrid cerró esta temporada el Santiago Bernabéu.
VÍA: MUNDO DEPORTIVO