Acabó el partido y Magic Johnson, que tan pocos motivos está teniendo esta temporada con los Lakers para enseñar su legendaria sonrisa, se abrazaba feliz a la mujer de Tom Izzo, el entrenador de sus Spartans de Michigan State desde 1995, el entrenador del equipo campeón en 2000. El segundo título de la universidad, después del de 1979, el de la final Magic-Larry Bird. Los Spartans están en la Final Four por tercera vez en esta década y por primera en cuatro años. Y viajaran a Minnesota como ganador de un Este en el que partían como seed 2 y en el que había un favorito estruendoso, la Duke de Mike Krzyzewski, Cam Reddish, RJ Barrett… y Zion Williamson, claro.
El March Madness sale de un Elite 8 fabuloso, tras cuatro partidos preciosos, con una Final Four de equipos que se han ganado el billete a pulso. No los más mediáticos, no los más deslumbrantes, pero cuatro que se han merecido estar, sean o no las opciones preferidas por el gran público, las televisiones y sus anunciantes: Texas Tech-Michigan State y Virginia-Auburn serán las semifinales en busca del sucesor de Villanova. Solo un número 1 de su cuadro, Virginia, después de un domingo de cuchillos largos que despidió a Duke y a Kentucky, favorita del Midwest tras el trompazo de North Carolina.
Así que no habrá Zion Williamson en Minnesota, la Final Four se queda sin la sensación que llevará una camiseta NBA la próxima que juegue un partido oficial de baloncesto. Duke, que solo ha jugado bien como equipo a ráfagas durante el torneo, había agotado sus vidas después de dos milagros tremendos para escapar de las garras de UCF (sobre todo) y Virginia Tech.
TOMADO DE AS.COM