El máximo organismo del fútbol sudamericano tiene que tomar una decisión sobre la resolución de la Copa Libertadores 2018, cuya final está en el aire tras la suspensión del pasado sábado por la agresión recibida por el bus xeneize en su llegada al Monumental.

El Boca Junior espera tener un fallo favorable, en la que se aplique una de las sanciones detalladas en el artículo 18 del reglamento disciplinario. Desde Boca se argumenta que lo vivido en en Núñez fue similar a lo que afrontó River en la edición 2015, cuando la Conmebol falló a favor del Millonario tras la recordada agresión del gas pimienta en La Bombonera. Por este motivo el club presidido por Daniel Angelici espera un final similar, con Boca vencedor de la Libertadores sin jugar.

Boca encuentra el sustento de su planteamiento en los artículos 8 y 18 del reglamento disciplinario de la Conmebol. En ellos, el texto habla de las responsabilidades de los clubes en los encuentros organizados durante la competición y también el detalle de las sanciones que se pueden imponer por situaciones como las que se vivieron el sábado antes de la vuelta de la final.

River y sus abogados buscan evitar una derrota en los despachos y su objetivo es lograr que se dispute la final en el Monumental, con público local. EL conjunto millonario argumenta que las agresiones al bus de Boca se dieron en una zona en el que la institución no tiene responsabilidad. Con esta argumentación, la institución de Núñez intenta evitar las sanciones más duras del artículo 18, que podrían conllevar la descalificación y dejar sin título al conjunto que dirige Gallardo.

Desde su cuenta de Twitter, River mantuvo una postura concreta y le pidió a sus hinchas que conserven las entradas y dio por sentado que el juego de vuelta se disputará en el Monumental, a pesar de que aún no existe un fallo por parte de la propia Conmebol. Su presidente, en una carta pública, pareció estar en la línea de River al afirmar que los partidos los ganan los jugadores en la cancha».

VÍA: Marca