Es complicado entender. No porque sea complicado acá, sino porque uno viene de afuera y no sabe muchas cosas. Entonces vas preguntando, observando, volvés a preguntar y así una y otra vez. Entonces uno, de a poco, se va insertando en el mundo del fútbol panameño y va entendiendo por qué algunas cosas se pueden hacer y otras no. Obviamente, cada fútbol tiene sus particularidades según sus años de vida, sus dirigentes/dueños, sus jugadores, medios, hinchas y su cultura, que envuelve a todos estos aspectos. El fútbol argentino, al que conozco muy bien, es un fiel reflejo de la sociedad argentina. El fútbol mexicano, con el cual trabajé durante más de 9 años, también es un fiel reflejo de la sociedad mexicana. Y el fútbol panameño, el cual empiezo a conocer, estoy seguro que también es un fiel reflejo de su sociedad. En todos los casos, con sus cosas buenas y malas (porque en todos lados hay de las dos).

Pienso en Felipe Baloy y Blas Pérez. Para mí ellos no están llegando al Tauro o al Árabe Unido; para mí ellos están llegando a la Liga Panameña de Fútbol. Su regreso a casa debe ayudar muchísimo para lograr uno de los puntos más importantes que acá hacen falta: que Panamá se convierta en un país futbolero.

El otro día fui al “Cascarita” Tapia a ver una doble jornada de la Copa Satelital. En primer turno jugaron Río Abajo y San Francisco, mientras que completaron la jornada Panamá Viejo y Tierra Firme. Les juro que cuando llegué no podía creer la casi nula convocatoria que tenía el primer partido. Entiendo que era a las seis de la tarde y en un día de semana puede ser un horario complicado. Entiendo que el tranque a esa hora, aunque aún era enero, podía complicar. Entiendo que San Francisco no esté en un buen momento deportivo y eso pueda alejar a algunos hinchas de las canchas. ¿Pero que casi no hubiera gente? Me hizo mucho ruido. Luego, asocié esto que me pasó con la inmensa cantidad de charlas que he tenido con taxistas (si querés conocer Panamá, subite a un taxi): la mayoría de los panameños “no saben” que hay una liga de fútbol local; la mayoría de los panameños piensan que su fútbol, como no tiene el nivel que ellos consideran necesario, no sirve para nada; la mayoría insiste en que solo ve un partido del Barcelona o el Real Madrid, o de la Sele, si es que esta juega un partido importante.

Fue así como me di cuenta cuenta de que la llegada de estos dos históricos del fútbol panameño tiene que servir de algo. Ellos regresan tras varios años de estar rodeados de distintas formas de organizar el fútbol, de promocionarlo, de jugarlo, de vivirlo. Hay que aprovechar sus puntos de vista, sus observaciones, sus críticas, sus ideas y todo lo que tengan para decir. Está claro que los recursos que hay en Panamá no son los mismos que pudieron conocer en México, Colombia o la MLS, pero créanme que hay aspectos que pueden ayudar a crecer sin necesidad de grandes presupuestos.

Por otro lado, qué bueno sería que Felipe Baloy y Blas Pérez fueran los embajadores del fútbol panameño. Que se los contrate no solo para jugar a la pelota, sino que también tengan un rol de promotores en donde, como ya se ha hecho con un clásico el año pasado, se paseen por los distintos programas y medios que más consume el pueblo para dar a conocer la liga. Para decirles que, sin ninguna duda, Panamá tiene buen material a la hora de jugar a la pelota. Para que, de a poco, la gente empiece a tener ganas de saber qué pasa con el fútbol local. Si los panameños se enteran de que puede estar bueno ir a la cancha, o de que hoy tiene cuatro canales de televisión que transmiten la LPF, no dudes de que los ratings subirán, las canchas empezarán a tener ambiente futbolero, los patrocinadores se acercarán más y así el fútbol podrá continuar con una evolución necesaria.

El fútbol sin hinchas no existe. A aprovechar que dos referentes ya son parte activa de la liga local. Ahora, que quede bien claro: la responsabilidad de que esto ocurra no es ni de Baloy ni de Pérez. Ellos puede aportar sus muy importantes granitos de arena, pero la responsabilidad es de todos aquellos que deciden alrededor del fútbol local. Esta es una oportunidad de oro. A no desaprovecharla.