Cuatro minutos malditos en el tramo final del derbi londinense frustraron al Arsenal de Mikel Arteta y revitalizaron al Chelsea, que se reencontró con el triunfo gracias al acelerón ejecutado por el cuadro de Frank Lampard y el acierto de Jorginho y Tammy Abraham.

Arteta tuvo en la mano su primer triunfo como técnico gunner. En su segundo choque como preparador del Arsenal la victoria se le escapó al final. Empató con el Bournemouth y despidió el año con un revés que ahonda su propia crisis.

El choque se rompió en el ecuador de la segunda parte. Fue un correcalles. Sin puntería. Hasta el tramo final. En el minuto 83, una falta lateral ejecutada por Mason Mount contó con el garrafal error de Leno en su salida. El balón cayó a los pies de Jorginho, que solo tuvo que empujar la pelota a la red.

El Arsenal se lanzó a por el triunfo y le costó caro. En un saque de esquina a favor perdió el balón y el Chelsea tocó arrebato. Tammy Abraham inició la estampida, encontró a Willian que le devolvió el balón. Abraham dejó en evidencia a su marcador, Mustafi, que batió a Leno para dar la victoria a los visitantes y frustrar a Arteta.

Por su parte en otra parte de Londres, Pellegrini, de 66 años, se marcha del West Ham después de 18 meses al frente del equipo y tras haber sido fichado en mayo de 2018 con un contrato de tres años. «Es una gran decepción que hayamos tenido que tomar esta decisión», dijo el copresidente del club David Sullivan.

Pellegrini dirigió al equipo hasta la décima plaza la temporada pasada, pero ahora se convierte en el sexto entrenador de la Premier League que pierde su trabajo en lo que va de temporada.

Además de su mal momento de forma en la liga, el West Ham también fue eliminado en septiembre de la Copa de la Liga por el Oxford United, de tercera, ante el que perdió por 4-0. El West Ham ganó 24 de sus 64 partidos bajo el mando del técnico chileno y perdió 29.

Asimismo, el West Ham ha batido su récord de traspasos en dos ocasiones bajo el mando de Pellegrini, al pagar 36 millones de libras por el extremo brasileño Felipe Anderson en 2018, antes de firmar un contrato de 45 millones de libras por el delantero francés Sébastien Haller en julio, como parte de un gasto de 71 millones de libras durante el verano. El equipo ha invertido 155 millones de libras mientras que el exentrenador del Manchester City ha estado al mando.

Liverpool por su lado superó al Wolverhampton (1-0) con un tanto del senegalés Sadio Mané y con la ayuda del VAR, que anuló un tanto por un fuera de juego milimétrico al equipo de Nuno Espírito Santo y validó el de los Reds tras descartar una posible mano de Adam Lallana.

La tecnología se decantó por el Liverpool, líder trece puntos por encima del Leicester, y decidió uno de los choques más ásperos que ha vivido Anfield en los últimos tiempos. Después del festival que ofreció ante el Leicester (0-4) en el Boxing Day, los hombres de Jürgen Klopp tenían que verse las caras con un grupo que sólo había perdido un encuentro lejos de su estadio desde el mes de septiembre. Sin duda, se avecinaba un duelo muy áspero.

Y es que las cifras del Wolverhampton lejos de su estadio ofrecían respeto: una derrota a domicilio sobre la bocina frente al Tottenham, tres victorias y seis empates. Unos números respetables para el club dirigido por Nuno Espírito Santo, que también vivió un día festivo entre semana después de superar al poderoso Manchester City (3-2).

Sin embargo, para intentar rascar algo en Anfield, Espírito Santo sacó a relucir su vertiente más conservadora. Dejó en el banquillo a sus hombres gol de la temporada y a la sensación del curso, el español Adamá Traoré, que vio el partido junto a suplentes como el mexicano Raúl Jiménez, máximo goleador de los Wolves en la Premier League con ocho aciertos.